Aquellas empresas turísticas que aplicaron exitosamente conceptos tradicionales en gestión (modelos de calidad, planeamientos estratégicos, políticas de RRHH, etc.), sienten que ya no son tan efectivas como en otras épocas. Hoy nos enfrentamos a un nuevo paradigma donde más importante que lo que uno sabe o conoce, es lo que es capaz de aprender.
Entonces, si ya no es importante todo lo que uno sabe: ¿cuáles son los conocimientos básicos para abordar un mundo tan dinámico y cambiante como este? Si tampoco es tan necesaria la experiencia: ¿cuáles son las habilidades requeridas para responder a las exigencias de este provocador entorno?
Como respuesta a la pregunta anterior, podemos inferir que fundamentalmente existen cuatro competencias básicas (2 intrapersonales y 2 interpersonales):
El coronavirus ha convulsionado profundamente a toda la humanidad y hay diferentes opiniones respecto a cómo será la nueva normalidad. Para la ciencia, el universo tiene su manera de devolver el equilibrio a las cosas según sus propias leyes cuando éstas se ven alteradas. En el turismo, esa nueva normalidad aún implica muchísimos interrogantes que no tienen respuesta, sabiendo que el nuevo viajero tendrá más cuidados, y que nos desafiará a pensar nuevas alternativas e ideas para hacer más seguro su viaje.
Sin embargo, otros piensan que nadie puede ayudar a predecir lo que va a pasar y que el futuro próximo es incierto. El desafío entonces para cualquiera que trabaja en turismo puede tener dos respuestas: esperar que todo vuelva a la normalidad o aprovechar la oportunidad para construir un nuevo turismo, elevar el nivel de mi empresa turística, donde la tecnología sea el aliado que nos impulse a evolucionar.
Ante esto dicotomía, ¿en qué grupo eliges estar?...