Ser “emprendedores del turismo” en tiempos de crisis

Ser cautos en los gastos, planificar cada movimiento y poner a funcionar la creatividad son claves para atravesar momentos difíciles. Y las agencias de viajes no están exentas a las dificultades que la política y la economía tienen en esta parte del continente. 

El panorama de crisis económicas y políticas en Latinoamérica no tiene pronósticos de mejorar en lo que resta de este 2019. Con países como Argentina y Venezuela con procesos inflacionarios muy importantes y otros con crisis políticas severas como Perú y Ecuador, sumado a la presión impositiva que suele existir en muchos países de Latinoamérica, hacen que el segundo semestre de 2019 sea realmente una prueba de fuego a para cualquier empresa y, en nuestro caso, para las agencias de viajes.

Con este escenario planteado, es necesario trazar un plan minucioso, revisar proyecciones y ser más creativo que nunca, ya que estos son algunos factores claves para que las agencias de viajes más nuevas (y las más antiguas también), que están todavía buscando su consolidación, puedan atravesar la tormenta minimizando los daños colaterales.

Y en medio de coyunturas tan adversas, quizás una buena noticia sea que los emprendedores turísticos latinoamericanos son expertos en sobrellevar situaciones en condiciones adversas.

Ante una coyuntura económica poco favorable es fundamental que el emprendedor optimice al máximo los recursos existentes, sin incurrir en riesgos o gastos extraordinarios y generando un margen de previsión monetario futuro. Y en este punto es muy importante ser extremadamente realistas a la hora de planificar a futuro, haciendo una revisión intensiva del flujo de fondos y de la cadena de pago.

Hay que generar ideas y estrategias nuevas, que sirvan como alternativas para enfrentar las bajas en la demanda de productos y servicios turísticos y buscar canales adicionales a los cuáles poder vender los mismos.

Y en estos períodos de volatilidad económica y política, muchas veces surgen oportunidades para realizar inversiones a bajo costo o, en algunos países, tomar deudas para mejorar el capital de trabajo o los activos de la agencia de viajes (por ejemplo, un agente de viajes receptivo puede tener una oportunidad para comprar nuevos vehículos para pasajeros).

En este punto, planteamos 4 consejos prácticos que deben tener en cuenta los emprendedores turísticos o agentes de viajes:

1. Planificar y no dejar de capacitarse
2. Ser creativos para innovar en el negocio
3. Ser pacientes y perseverantes
4. Ampliar la cartera de clientes (diversidad antes que un único cliente importante)

En el caso de los servicios turísticos, son los tours operadores o grandes consolidadores los que determinan muchas veces los precios de estos. Pero los agentes de viajes cuentan con diversas alternativas que pueden usar en estos tiempos de crisis como las promociones o descuentos por compras anticipadas. Y esto genera que los viajeros tengan la posibilidad comprar algunos servicios turísticos a un precio menor, sin que el emprendedor turístico ceda parte importante de su rentabilidad.

Es fundamental en este contexto, sumar herramientas que sean potenciadoras, que ayuden a evolucionar a la agencia de viajes. La tecnología en sus distintas facetas es claramente una aliada. Desde el uso de plataformas para vender online, pasando por sistemas o software de gestión en la nube, CRM turísticos hasta el poder de las redes sociales para dar a conocer y viralizar el negocio turístico. La interacción con el público, darse a conocer, es central, y la tecnología permite hacerlo a muy bajo costo.

Muchas veces se escucha que tener escala pequeña y poca espalda financiera, puede ser una contra y hacer vulnerable a la agencia a cualquier tormenta. Y esto es cierto, como también lo que las agencias que aprovechan la tecnología son más livianas y ágiles para ir adaptándose y cambiando sobre la marcha.

Y esto ocurre porque normalmente en una agencia de viajes se tienen estructuras pequeñas, en donde las personas cubren varios roles, aprendiendo y generando capacidades internas para todo el equipo. Esto hace que el emprendedor turístico pueda sortear coyunturas económicas adversas sin la necesidad imperiosa de tercerizar servicios o mantener estructuras que signifiquen un incremento de sus costos fijos mensuales.

Las dos caras de la misma moneda…

• El tamaño sí importa: La crisis económica y/o política siempre golpea con más fuerza a las pequeñas empresas y a los emprendedores turísticos que lógicamente cuentan con menos espaldas financieras para hacer frente a una caída en la demanda o a los problemas que pueden surgir en la cadena de pagos.

• La ventaja de ser ágiles: La contracara de esta mayor sensibilidad a las crisis es que las empresas más pequeñas cuentan con la ventaja de una mejor capacidad de adaptación y una mayor facilidad para adecuarse a los cambios económicos que sus competidores más grandes.